viernes, 15 de febrero de 2008

La colección de Rodo



El escenario nos proponía un espacio de trabajo reducido, y había que buscar la síntesis del mundo de Pacheco; ese artista que poco tiene en su presente, que lo mucho que supo alguna vez tener (amor, familia, profesión, vocación) fue en un pasado perdido en su memoria, en la de su hijo y en la engañada fantasía de la Nidya Catá.

Por eso, pocos elementos pero simbólicos. Botellas de vino, el banderín del club de futbol, la foto de Maradona, el mapa con las rutas para las giras, y los afiches testigos de su pasada gloria artística.
Eso si.... antes y después de cada función, hay que poner mucho cuidado y atención para colocarlos y retirarlos, ya que los afiches son auténticos recuerdos de los setenta del actor Rodolfo Barone, cuando era bajista.

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